La jornada de los derbis, el Gameday que ha inventado la Liga ACB para escapar a la rutina de una Liga Regular muy extensa, dejó patente lo que esperará en las últimas jornadas. Salvo los encuentros de Granada y Badalona, resueltos con facilidad por Unicaja y Barça, todos los demás se dilucidaron en finales muy apretados en los que no faltó el dramatismo en varios de ellos. El triple de Kullamae para tumbar a Baskonia en el último segundo, la bandeja que decidió la victoria de Manresa en Girona, el tiro libre errado por Ennis que pudo forzar la prórroga en la Fonteta o el que anotó en el último instante Abromaitis para decidir el derbi canario son muestras de la emoción al límite que se vivió en un fin de semana diseñado para experiencias semejantes. Aún más intensas, si cabe, ante la apretura que se vive para ocupar una plaza en los playoffs o escapar de la zona de descenso. Restan ocho jornadas todavía, pero no hay quien adivine por dónde discurrirá el guion en un panorama tan incierto.
Granada 62 – Unicaja 90: Quizá el palo que supuso la derrota de la semana anterior en el duelo por el liderato contra el Real Madrid afectó un tanto a Unicaja en los primeros minutos. No empezó bien en el tiro exterior y los locales dominaron penetrando con éxito hacia canasta y controlando el rebote (13-7, min 6), aunque esta ventaja inicial se disipó cuando el conjunto de Ibon Navarro impuso una defensa más agresiva que forzó las pérdidas de balón de Granada y le situó por delante antes de que terminara el primer cuarto. A partir de ese momento el dominio del equipo malagueño fue incontestable. La sucesión de balones perdidos del conjunto nazarí continuó en el segundo cuarto y el parcial alcanzó un 2-19 que marcaría en buena medida el desarrollo del choque (15-26, min 13). Los de Pablo Pin despertaron con la misma fórmula aplicada por su rival: mayor intensidad defensiva y un juego más veloz que facilitó que Will Barton y Wiley (9 puntos, 12 rebotes, 15 de valoración) aportaran en ataque con facilidad, pero Unicaja estaba afinando en el tiro de tres y no permitió que los locales pudieran inquietar en exceso.
Tampoco le sirvió de mucho a Granada el intercambio de canastas al comienzo del tercer cuarto. Kalinoski estaba inspirado desde la línea de tres y evitó cualquier acercamiento peligroso. Tampoco encendieron ninguna mecha para la reacción un par de acciones de Rousselle, acostumbrado a incendiar los partidos en su etapa en Bilbao Basket. Ibon Navarro solicitó tiempo muerto como medida de prevención a un posible cambio en la dinámica del partido y, a partir de entonces, Unicaja no dio ni una sola opción. 1-18 de parcial, coronado con un triple de Djedovic (15 puntos, 3 robos, 21 de valoración) sobre la bocina tras un rebote ofensivo, que situó la ventaja por encima de los veinte puntos (46-71, min 31) y destrozó la moral de un rival acostumbrado a despeñarse cuando vienen mal dadas. Granada deambuló el último cuarto como un equipo roto, a merced de un contrario que controlaba el ritmo a placer y pisoteaba su autoestima desde el perímetro. Otra dura derrota que le sume en la zona de descenso, de la que no le resultará sencillo escapar ante apagones así.
Bàsquet Girona 83 – Manresa 84: Tras unos primeros minutos de alternancia en el marcador, Manresa echó mano del acierto en el lanzamiento exterior para disfrutar de la primera ventaja reseñable del encuentro. Travante Williams y Dani Pérez asumieron el peso ofensivo en esos instantes iniciales en los que el conjunto de Pedro Martínez fue cimentando su dominio. Un triple de cada uno y otro más de Steinbergs construyeron un parcial de 0-9 (9-17, min 5), un buen punto de partida dominar el primer cuarto con cierta solvencia. Las entradas hacia canasta de Badio y Brandon Taylor dejaron en evidencia las carencias defensivas que acompañan a Bàsquet Girona toda la temporada, aunque los locales subsistían desde el tiro de tres. Ya fueran dos triples de Colom u otro sobre la bocina y contra tabla de Iroegbu, el perímetro le permitió hacer la goma y no perder de vista a un rival que imprimía ese ritmo frenético en el que se maneja tan bien. El mismo Iroegbu se encargó de dar la vuelta al marcador ya iniciado el segundo cuarto (34-32, min 13), pero no era buen negocio aceptar un encuentro a tumba abierta y eminentemente ofensivo cuando Bàsquet Girona suele ser propenso a alternar buenas rachas en ataque con apagones serios. En uno de sus momentos de colapso encajó otro 0-9 que volvió a situarle a contracorriente. Tampoco ayudan sus habituales despistes defensivos, como el que aprovechó Devin Robinson para anotar en el último segundo una jugada bien diseñada por Pedro Martínez en la pizarra (46-52, min 20).
No mejoró la dinámica tras el descanso. La tendencia al individualismo del equipo de Katsikaris se dio de bruces con una defensa agresiva que buscaba el robo de balón a la menor ocasión. Pérdidas inoportunas que le dieron la oportunidad de correr a Manresa, de desarrollar el juego con el que más disfruta. Las transiciones finalizadas por Devin Robinson dejaron el choque a punto de caramelo para el cuadro manresano (60-76, min 32). Colom (16 puntos, 4 asistencias, 16 de valoración) tiró de veteranía y se echó a la espalda a su equipo, pero se antojó como un intento tan honroso como baldío, habida cuenta de la facilidad con la que el conjunto del Bages se apoderaba del rebote ofensivo. No necesitaba pisar el acelerador para controlar con solvencia el último periodo (69-82, min 37), sin mostrar algún síntoma que pudiera alterar la calma con la que manejaba los últimos minutos. Nada hacía presagiar el desplome que casi se lleva a Manresa por delante. En apenas dos minutos encadenó una serie de errores que invitaron a Bàsquet Girona a poner mucho picante a los instantes finales de encuentro.
Iroegbu (22 puntos) se encargó de reducir la desventaja a seis puntos a falta de un minuto, lo que hizo creer en el milagro a todo Fontajau. La presión a toda la pista generó tal confusión que los hombres de Pedro Martínez perdían balones de manera muy inoportuna. Un triple de Susinskas puso el 81-82 en el marcador y un robo del propio jugador lituano en medio campo inició un ataque veloz que finalizó Sergi Martínez (10 puntos, 5 rebotes, 6 faltas recibidas, 22 de valoración) con una bandeja a aro pasado que despertó el delirio en las gradas. A 18 segundos del final, Bàsquet Girona se ponía por delante tras firmar un 14-0 de parcial. Un colapso asombroso que llevó a Manresa a dilapidar toda su ventaja, aunque aún le quedaba una posesión para reponerse del mazazo. Badio se adueñó del balón, dispuesto a jugarse el último lanzamiento. Entró hacia canasta, hizo un reverso que dejó descolocado a Birch y anotó una bandeja de factura académica a 8 décimas del final que salvó a los visitantes del sonrojo. Aparición vital del base senegalés, tan valiosa como el tapón que le colocó Travante Williams a Iroegbu en el último tiro a la desesperada y que selló un triunfo que sitúa a Manresa entre los ocho primeros. Un premio valioso, aunque seguro que Pedro Martínez no estará nada contento con los minutos finales de su equipo.
Obradoiro 83 – Breogán 72: El derbi gallego se presentaba como un duelo agónico y desesperado en la pelea por la permanencia en la que andan inmersos Obradoiro y Breogán. Dos triples de Sergi García alargaron el embrujo con la línea de tres que fue tan valioso en la histórica victoria en el Palau Blaugrana la jornada pasada, pero la breve ventaja visitante se fue al traste con el rebote ofensivo del Obra, unido con un buen trabajo en defensa que maniató a un rival que dependió demasiado del tiro libre (25-14, min 10). Los problemas para Breogán se agudizaron en el segundo cuarto, incapaz de sujetar a un Blazevic dominador en la zona, bien apoyado por el buen rendimiento en la primera mitad de Timma (13 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias, 17 de valoración) y Mendoza (16 puntos, 3 asistencias), tanto en el perímetro como cargando el rebote. Ambos sumaron un triple cada uno nada más comenzar el tercer cuarto para aumentar una diferencia que ya era más que preocupante para el conjunto de Mrsic (47-31, min 22), que se mantuvo dentro del partido durante este periodo con los triples de Momirov (15 puntos) y las acciones individuales, aunque a Obradoiro le bastaba con buscar el uno contra uno de Pustovyi en el poste bajo para conservar una ventaja más que holgada.
Un 5-0 de inicio en el último cuarto dejaba el choque a punto de la sentencia definitiva (67-50, min 31), pero Breogán reaccionó cuando ya pocos confiaban en ello. Se agarró a los triples de Justin Robinson para bajar la desventaja de los diez puntos, a la vez que la defensa sumió a Obradoiro en sus peores momentos en ataque de todo el choque. Un parcial de 2-14 metía al equipo lucense de lleno en el encuentro (72-67, min 37), aunque no pudo ir más allá debido al excelente final de partido de Thomas Scrubb (12 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias, 23 de valoración), capaz de anotar desde fuera, pelear el rebote o sacar personal cuando enfilaba hacia el aro. Fue el protagonista estelar en los minutos finales, el alma de un triunfo sellado por dos mates de Pustovyi (19 puntos, 6 rebotes, 23 de valoración) en los últimos compases. Una victoria de oro que pone fin a las diez derrotas consecutivas del Obra y le sitúa fuera de puestos de descenso. Un pequeño respiro para Moncho Fernández en una pelea que se antoja larga y angustiosa.
Andorra 85 – Basket Zaragoza 80: En unos minutos iniciales donde no resultaba sencillo anotar, a Basket Zaragoza le costó horrores montar un ataque bien armado. Demasiadas pérdidas, un solo punto en los primeros cuatro minutos, malas sensaciones. Yusta anotó las dos primeras canastas en juego del equipo maño, que no terminaba de arrancar. Un gran contraste con la facilidad que encontraba Jean Montero para doblar balones al poste bajo durante el primer cuarto (15-8, min 7). Con todo, el conjunto de Porfi Fisac consiguió sumar de tres en la recta final del primer periodo para no perder comba. Se mantuvo agarrado en los siguientes diez minutos de la misma manera, haciendo la goma. Mark Smith (21 puntos) fue el encargado de contrarrestar el notable acierto de Andorra en el tiro exterior, de evitar cualquier intento de escapada local en el marcador hasta el descanso (39-37, min 20), pero Basket Zaragoza ya no pudo mantener el ritmo en el tercer cuarto. Los de Natxo Lezkano continuaron inspirados en la línea de tres y se lanzaron con decisión al contraataque cuando llegaron los errores de un rival sin solidez ni acierto en el perímetro y dependiente de apariciones puntuales de Mark Smith o Bell-Haynes.
Al ritmo que marcaba Montero (18 puntos, 4 asistencias, 3 rebotes, 22 de valoración), Andorra se disponía a romper el encuentro (58-44, min 26), pero Basket Zaragoza pudo recomponerse en el último periodo. Buenos balones a Kravic (13 puntos, 5 rebotes, 20 de valoración) cerca del aro que permitieron al equipo maño frenar la caída al comienzo del cuarto final. A continuación, un triple y un 2+1 de Mark Smith bajaron la desventaja de los diez puntos y los visitantes se metieron de lleno en el partido. Dos canastas de Sulejmanovic llegaron como respuesta a los intentos por recuperar una ventaja cómoda y Bell-Haynes (18 puntos, 9 asistencias, 4 rebotes, 20 de valoración) se encargó de llevar la angustia a la grada colocando el 78-77 a falta de un minuto. Se le había complicado sobremanera el triunfo a Andorra, que no esperaba una reacción semejante. Como ocurre en los momentos difíciles, todo el peso ofensivo recaería en Jean Montero y el dominicano, como no, encantado de la vida. A la primera oportunidad sacó un 2+1 muy meritorio en la cara de Sulejmanovic que suponía una enorme dosis de oxígeno. Su fiabilidad en el tiro libre puso el resto para cerrar un triunfo vital para la permanencia de Andorra. Siete puntos consecutivos de un jugador tan genial como díscolo que pueden suponer la continuidad en la Liga ACB un año más.
Palencia 78 – Real Madrid 86: Tras una doble jornada europea triunfal en la que aseguró el liderato de la fase regular de Euroliga, el Real Madrid cerraba la semana con su primera visita a Palencia. Un día soñado para la afición del colista, aunque el paso del campeón de Europa amenazaba con convertirlo en pesadilla ante la triste puesta en escena de su equipo. Palencia perdió cuatro balones apenas transcurridos los dos primeros minutos, pero aún más preocupante era la dificultad para encontrar un lanzamiento cómodo entre la confusión de respeto y temor que atenazaba a los locales. Tardó más de cinco minutos y medio en sumar sus primeros puntos, cuando el parcial de salida ya alcanzaba un 0-12, aunque a partir de ahí llegó la reacción desde una zona que se le atragantó al líder, que empezó a perder más balones de la cuenta y tampoco encontraba el acierto desde la línea de tres. Con Benite de revulsivo, los locales arreglaron el penoso comienzo con un 11-0, pero en el segundo cuarto cayó en los mismos defectos que amenazaron con arruinar el encuentro demasiado pronto. El Madrid devolvió con creces el parcial encajado, sumiendo en las tinieblas a un rival timorato que no acertaba ni cuando se presentaban tiros cómodos. Se podía permitir con tranquilidad que Alocén tuviera minutos a los mandos o Hezonja hiciera lo que le diera la gana.
Ante la amenaza de desastre (13-30, min 13), Luis Guil recuperó la defensa zonal. Su equipo salió de la sequía anotadora tras aprovechar dos rebotes ofensivos y encontró anotación fiable en las manos de Van der Wuust y Hands, pero el retorno de Campazzo (15 puntos, 6 asistencias, 5 rebotes, 3 robos, 12 faltas recibidas, 35 de valoración) le sirvió a los madridistas para mover el balón con paciencia. Tres triples arreglaron el porcentaje discreto en este apartado en la parte final de una primera mitad plácida para el equipo blanco si exceptuamos el pequeño apagón al final del primer cuarto. Una calma ampliada con seis puntos consecutivos de Musa (21 puntos, 2 rebotes, 19 de valoración), que arregló en los segundos veinte minutos una primera parte en la que no le salieron las cosas. Fue un martillo para un Palencia que apenas tardó minuto y medio en entrar en bonus y parecía condenado a asistir a una sesión de baño y masaje del conjunto de Chus Mateo (34-56, min 24). Aunque los locales recortaran con varias pérdidas rivales a nadie se le pasaba por la cabeza que fuera algo más que un breve momento de despiste. Tampoco inquietaba en principio que Hands (21 puntos, 6 rebotes, 26 de valoración) forzara las personales de Tavares cuando entraba a canasta o el atrevimiento de Van der Wuust volviera a aparecer, pero la racha anotadora local se alargaba mucho más de lo esperado ante la bajada de intensidad madridista. Tanto que Palencia empezó a creérselo.
Se endureció la defensa local al inicio del último cuarto, al impulso de un Haarms (16 puntos, 2 rebotes, 2 tapones, 20 de valoración) que se imponía a Poirier con una facilidad pasmosa y la decisión con la que Kamba atacaba el rebote ofensivo. Para euforia de todo el pabellón, el conjunto palentino apenas desperdició dos ataques en once minutos (67-70, min 34) y dispuso de un triple para empatar el encuentro. No entró el lanzamiento de Hands y no se presentaría otra ocasión semejante. Chus Mateo había recurrido a su quinteto de confianza y el Real Madrid salió airoso con varias acciones defensivas de Campazzo que apaciguaron los ánimos. Pese a que Haarms continuaba de dulce, entre Musa y Poirier se encargaron en los últimos dos minutos de controlar cualquier susto final. Un par de rebotes en ataque certificaron un triunfo que volvió a poner en cuestión una relajación excesiva, aunque la marcha del líder no se frenó en casa del colista.
CB Canarias 93 – Gran Canaria 92: El triunfo en el derbi canario suponía la llave, no sólo para consolidarse entre los ocho primeros, sino para la búsqueda de una cuarta plaza que se presenta muy abierta. No había transcurrido siquiera un minuto cuando CB Canarias ya mandaba 5-0, pero Gran Canaria reaccionó de inmediato explotando el agujero que encontró dentro de la zona local. No tardó en ponerse por delante, aunque sería una hegemonía muy breve. Empezó a carburar la pareja mágica y Huertas, cada vez más cerca del récord absoluto de asistencias en ACB, encontró de inmediato a un Shermadini (22 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias, 38 de valoración, MVP de la jornada) que hizo mucho daño en la pintura. Una baza muy conocida a la que se unió una reciente, la muñeca de Guy. Gran Canaria se bloqueó ante la intensidad y acierto local y Lakovic acabó desquiciado, hasta el punto que se pasó de la raya en las protestas y fue descalificado antes de final el primer periodo. Sin su técnico en el banquillo y sufriendo el martilleo constante de Guy (24 puntos, 2 rebotes, 2 asistencias, 21 de valoración), se encontraba a merced de CB Canarias (37-21, min 13), que, sin embargo, lamentaba la grave lesión de rodilla de Jaime Fernández. Rotura de ligamento cruzado y adiós a la temporada y los Juegos Olímpicos.
Pintaba feo para los visitantes, pero esta temporada han crecido enormemente en carácter competitivo y no resulta tan sencillo sacarles del partido. Movieron el balón con más criterio y velocidad y Lammers (11 puntos, 6 rebotes, 21 de valoración) y Shurna se encontraron con regalos en forma de asistencia cuando cortaban por la zona. Parcial de 0-12 que iniciaba una dinámica diferente y que no se frenó cuando el partido se dio respiro en el momento que Huertas consiguió su asistencia 2.898 y superaba a Pablo Laso como máximo asistente. El tiro exterior también se activó en la recta final del segundo cuarto para dejar el choque en un pañuelo al descanso (49-46, min 20) y colocar a Gran Canaria por delante ya iniciada la segunda mitad. Se tornaba a oscuro el partido para el equipo de Vidorreta, más espeso tras el intermedio y que ni conseguía frenar a la extraña mecánica de Shurna (20 puntos, 4 rebotes, 19 de valoración) en el tiro de tres ni a la facilidad con la que salía su rival en transición. Encajó un 4-18 que encendió las alarmas en el Santiago Martín (56-66, min 26), pero siempre está ahí la sociedad ilimitada entre Marcelinho y Shermadini.
El pívot georgiano se convirtió en un filón en el poste bajo, el salvavidas que permitió al conjunto aurinegro igualar el marcador antes de que finalizara el tercer periodo (68-68, min 29). El turno le llegó al base brasileño al comienzo del último, cuando los visitantes amenazaron con marcharse en plena racha anotadora de Pelós. Los dos de siempre mantuvieron las opciones locales, a la espera de que se sumara alguien más a la fiesta. Entre Guy y Abromaitis se encargaron de situar por delante a CB Canarias antes de que el choque enfilara su recta final (86-82, min 38), pero ni así sacaron de él al cuadro amarillo. Dos triples de AJ Slaughter elevaron la presión, que incluso la sufre alguien tan bregado como Huertas (20 puntos, 5 asistencias, 4 rebotes, 26 de valoración). Falló un tiro libre y Gran Canaria disfrutó de posesión para empatar, algo que consiguió Albicy con una bandeja demasiado sencilla a 2.6 segundos del final. Tiempo escaso para evitar la prórroga, pero no necesitó más Abromaitis para sacar una falta a Happ (16 puntos, 8 rebotes, 17 de valoración) que le llevaba al tiro libre. Una vez anotó el primero, lanzó a fallar el segundo con el fin de consumir el tiempo, aunque poco le faltó a Shurna para marcarse un Llull y anotar desde su propio campo. Bien podía ser la canasta de la temporada, pero el balón se topó con el aro y no obró el milagro. Una victoria muy sudada que le permite a CB Canarias adelantar a su vecino en la clasificación.
Bilbao Basket 82 – Baskonia 80: La ausencia de Markus Howard suponía un serio contratiempo para Baskonia debido al estado de gracia que atraviesa uno de los anotadores más insaciables en Europa. De todos modos, el equipo vitoriano apenas notó la baja de su principal referente durante el primer cuarto. Mantuvo el tipo en el continuo intercambio de canastas, basado en un juego veloz y un interesante duelo en la zona entre Killeya-Jones y Kotsar (14 puntos, 3 rebotes, 16 de valoración), Sin embargo, Bilbao Basket acabó mejor el primer periodo y amenazó con marcharse en el marcador a raíz de un parcial de 8-2 (31-22, min 10). Dos triples de Kullamae construyeron una renta interesante en favor de Los Hombres de Negro, que crearon muchos problemas al ataque visitante con una defensa agresiva y siempre atenta al robo de balón, aunque Baskonia supo mantenerse dentro del partido. Chiozza (10 puntos, 3 asistencias, 3 rebotes, 16 de valoración) respondió al primer estirón local y Moneke surgió en la parte final del segundo cuarto con su habitual poderío atlético cuando tenía la ocasión de lanzarse sobre el aro rival. Había conseguido capear el temporal y se pondría por delante, ya en la segunda mitad, tras un contraataque finalizado por Marinkovic (45-47, min 23).
Se imponía una igualdad que no se rompería en lo que restaba de partido. La buena aportación del juego interior de Bilbao Basket quedó neutralizada por los balones que perdió durante el tercer cuarto. Por otro lado, Kotsar replicó el daño que seguía causando Killeya-Jones (22 puntos, 7 rebotes, 24 de valoración) dentro de la zona y Chiozza firmó un buen final de periodo para devolver el mando al conjunto de Ivanovic antes de afrontar los últimos diez minutos. Un triple de Costello alargó el parcial hasta un 0-11 que colocaba a Baskonia en disposición de encarrilar el partido (59-66, min 30), pero ni por esas se rompía. Los triples no sólo permitieron a Bilbao Basket enjugar la desventaja, sino que tomaría de nuevo el mando tras anotar Renfroe (12 puntos, 6 asistencias, 6 rebotes, 3 robos, 25 de valoración) un lanzamiento de tres al contraataque. A falta de Howard, los ataques del equipo vitoriano pasaron por Miller-McIntyre (21 puntos, 7 asistencias, 27 de valoración) , imparable cada vez que entraba hacia canasta. Actuación de solista para adelantar a Baskonia en el último minuto, aunque la última posesión estaría en manos de Los Hombres de Negro. El balón fue a parar a Kullamae, que ya no lo soltaría. El estonio dio un paso hacia atrás y se jugó un triple desde más de ocho metros a falta de un segundo. Una jugada diseñada de forma torpe, pero no pudo estar mejor ejecutada. Triple espectacular que decidió el derbi vasco y sumió en la euforia a todo Miribilla. Un toque de genialidad que acompañó en los últimos partidos al equipo vitoriano con Howard disponible. Sin él, sufrió un revés que le saca de la zona de playoffs.
Valencia Basket 83 – UCAM Murcia 82: Valencia Basket comenzó un duelo directo por colocarse entre los cuatro primeros con más concentración de lo que suele ser costumbre en el conjunto de Mumbrú. Resistió bien la puesta en escena de UCAM Murcia, muy acertado cuando desarrolló un juego de ataques a pocos segundos, y tomó ventaja con los triples anotados en la parte final del primer cuarto (23-16, min 10). La buena dinámica se mantuvo en el siguiente periodo. El equipo murciano subió su línea defensiva, pero este planteamiento fue destrozado por el espectacular acierto local en el tiro de tres. Claver (15 puntos) y Ojeleye (16 puntos, 4 rebotes, 24 de valoración), que anotaron tres triples cada uno en la primera mitad, fue la principal amenaza en el perímetro, pero toda la línea exterior rayó a gran altura durante la primera mitad. Valencia Basket anotó sus ocho primeros triples lanzados y terminó con un fabuloso 9/12 en este apartado. Argumento de sobra para llevarse por delante a los de Sito Alonso, sin respuesta ante el festival en el tiro de tres (49-31, min 20). Parecía que el conjunto taronja disfrutaría al fin de un partido tranquilo, pero la facilidad que tiene para desplomarse sin previo aviso afloró otro día más en la segunda mitad.
Todo el acierto de los primeros veinte minutos desapareció y Valencia Basket tardó cuatro minutos y medio en conseguir sus primeros puntos del tercer cuarto. La complicada canasta de López-Aróstegui (14 puntos, 4 rebotes, 18 de valoración) no animó a los locales, que sólo anotaron siete puntos en este periodo. Habían pasado de la exuberancia ofensiva a una pájara considerable que se trasladaría a una defensa sin capacidad de frenar a Todorovic (19 puntos, 10 rebotes, 29 de valoración) en la pintura (y aún más con la idea peregrina de Mumbrú de jugar con Claver como falso ‘5’) ni obstaculizar las penetraciones de Ennis y Radebaugh. En solo un cuarto se fue al garete todo el trabajo realizado en la primera mitad. Falta absoluta de fiabilidad que aprovechó UCAM Murcia para ponerse en ventaja a falta de diez minutos (56-60, min 31). Aunque Valencia Basket se aferró al talento individual para recuperar el tono ofensivo, encontró un nuevo problema en la mejoría ostensible del equipo murciano en el tiro de tres. Dos triples seguidos de Coupane (14 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias, 15 de valoración) y otro de Kurucs detuvieron los acercamientos locales y colocaron en una situación complicada al conjunto de Mumbrú (70-77, min 36), pero éste volvió a la vida con tres lanzamientos consecutivos desde el 6’75 que supusieron un 9-2 de parcial.
Sleva situó en el marcador el 79-81 tras otra canasta después de rebote ofensivo, pero Kurucs la lió con una inoportuna antideportiva sobre Chris Jones. Todo un especialista en finales de partido que no desaprovechó la ocasión. Anotó los dos tiros libres y, en la jugada posterior, se coló entre la defensa de UCAM Murcia para anotar una bandeja con toda naturalidad. Valencia Basket escapaba de una buena, pero aún le restaban 16 segundos para plantear su última defensa. Poco le faltó para armarla parda. Inglis cometió falta sobre Ennis cuando entraba a canasta en el último instante y tuvo suerte de que los colegiados no consideraron que su toque en el tablero interfiriera en el tiro del jugador canadiense. Ennis, un lanzador fiable y héroe en otras ocasiones, tenía en su manos la prórroga, pero acabó entre lágrimas tras fallar el segundo tiro libre. Una triste burla del destino que privó a UCAM Murcia de pelear cinco minutos más por el triunfo en la Fonteta.
Joventut 75 – Barça 93: La inesperada derrota ante Breogán en casa y el doble varapalo europeo colocaron al Barça en una situación comprometida tanto en Liga ACB como en Euroliga, con el factor cancha en peligro en ambas competiciones. El derbi en Badalona se convertía en una encerrona, pese a que Joventut no atravesara un buen momento, y que exigía una respuesta convincente. La puesta en escena estuvo a la altura del propósito de redención. Defensa bien planteada que forzó tiros incómodos a los verdinegros, demasiado blandos en ataque. Sin duda, añoraban al ausente Tomic, en tierras croatas debido al reciente fallecimiento de su padre. Por su parte, Ricky Rubio (9 puntos, 5 rebotes, 4 asistencias, 19 de valoración) manejaba el ritmo del partido a su antojo, más decidido a mirar el aro y diseñando jugadas que finalizaban en una canasta cómoda en el poste bajo. Un paso más en el largo camino por reencontrarse. Carles Durán tardó más de lo aconsejable en pedir tiempo muerto (8-19, min 7), pero los cambios que introdujo dieron resultado. La Penya ganó en fluidez con la entrada de Vives, aunque seguía sin ajustar la defensa y permitió demasiados tiros liberados.
Sin embargo, al Barça se le empezaron a presentar problemas durante el segundo cuarto. La tercera falta de Vesely le privó de su fortaleza en la pintura, más si cabe ante el horrendo partido de Willy Hernangómez. Joventut continuaba en plena remontada, impulsado por la electricidad de Evans, que cambió completamente la cara de los verdinegros. Buenas acciones individuales y balones doblados a Tyler Cook que dieron la vuelta al marcador (34-33, min 14), aunque sólo fuera por un ligero instante. Sin un ‘5’ en pista, el Barça se agarró al tiro libre para disfrutar de una pequeña ventaja, aunque fuera a costa de ceder algún rebote ofensivo por la falta de centímetros. Le ayudó la nefasta tarde de Andrews (-5 de valoración), cuya aportación habitual echó mucho de menos la afición verdinegra. Cinco puntos seguidos de Brizuela abrieron un tercer cuarto en el que el conjunto azulgrana asestó un golpe definitivo al encuentro. Durán esta vez reaccionó con rapidez y apenas tardó dos minutos en mover el banquillo, pero sólo Brodziansky fue capaz de poner en aprietos a la defensa rival. Los triples, el arma de costumbre, permitieron mantener una ventaja cómoda al Barça. Brizuela (18 puntos), autor de once puntos en el tercer acto, dejó en evidencia la absurda decisión de Grimau de no darle bola el viernes en Atenas.
A los problemas de Joventut para sujetar al dinamitero blaugrana se unió la imposibilidad de cerrar el rebote, lo que enterró definitivamente sus opciones. Vesely se encargó de encarrilar el choque en la parte final del tercer periodo y dos triples de Abrines al inicio del definitivo lo rompieron definitivamente (58-78, min 32). Los ocho puntos consecutivos de Brodziansky (18 puntos, 9 rebotes, 23 de valoración) fueron la única nota que escapó a la confusión de los ataques verdinegros, el único argumento en la búsqueda de complicar el partido. Un respiro pasajero que de nada sirvió. Satoransky (15 puntos, 4 asistencias, 18 de valoración) devolvió la ventaja por encima de los veinte puntos y puso la sentencia definitiva a un triunfo muy necesario. Con todo decidido, Carles Durán le dio la oportunidad de debutar a Ian Platteeuw, un nuevo producto de la inagotable cantera de la Penya. En apenas medio minuto se dio el lujo de ponerle un tapón a Willy y anotar la última canasta del partido. Imposible hacer más en menos tiempo, aunque no pase de una anécdota en un partido ya decantado. O no, dependiendo de cómo evolucione el chaval porque planta tiene de sobra. El tiempo dirá.
El Real Madrid (23-3) sigue instalado una semana más al frente de la clasificación con dos victorias de ventaja sobre Unicaja (21-5). El Barça (17-9) toma una pequeña ventaja en la pelea por la tercera plaza, una victoria por encima de un cuarteto perseguidor. Manresa (15-11) alcanza la octava plaza, un triunfo por delante de Joventut y Baskonia. En la parte baja, Obradoiro, Breogán y Granada están igualados con 7-19, aunque es el equipo nazarí quien ocupa la plaza de descenso que comparte con el colista Palencia (5-21).
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